"Digamos que he dejado sueltos los fantasmas de eso tan sutil y tan complejo que es el eros. La educación de las mujeres se contrapone tantas veces con el deseo, que entre monjas, moral y mandamientos es –o era– difícil deslindar los campos"


- Hablemos de La Bámbola. Intrusos de la red: ¿Qué ha pretendido decirnos la autora en este libro?

- Digamos que he dejado sueltos los fantasmas de eso tan sutil y tan complejo que es el eros. La educación de las mujeres se contrapone tantas veces con el deseo, que entre monjas, moral y mandamientos es –o era– difícil deslindar los campos. El grueso de los poemas de este libro se escribió en los años 80, y de ellos se fue dando cuenta en diversas antologías, pero nunca se había publicado completo. Y no se había publicado por el conflicto que enfrenta mi posición ideológica a las fantasías del erotismo. Digamos que alguien prefiere ser voyeur de sus propios demonios, pero entrevistos en historias y personajes ajenos. El título viene de antiguo, del pop, aquella canción de Patty Bravo que decía: para ti yo soy, para ti yo soy/ solamente una bambola
Y la escritura, en la pantalla del PC, que así se llamaba el aparato en sus inicios. El erotismo y la escritura cara a cara, o enfrentados, que no lo sé muy bien, porque en los últimos 80 y primeros 90 el ordenador es algo mágico, y por supuesto personificado, pleno también de demonios y misterio de sombras y de noche. Erotismo de lo políticamente incorrecto y erotismo irónico-salvaje. Hay que tener en cuenta que muchos poemas están escritos desde la (una) voz masculina.

- ¿Qué tal pareja forman la poesía y el mundo virtual de Internet?

- Extraordinaria. Caben la hermandad y la contraposición, la maldad y el refinamiento, aquella artesanía de antaño que ahora buscamos como los buscadores de oro, cuando todo estaba por descubrir y en la virtualidad de la Red cabían todos los sueños, también los crueles y los inconfesables.